lunes, 27 de julio de 2015

Pensando...

Viviendo uno de esos minutos donde necesitas pensar, idear, reflexionar. 

      Dicen que todo lleva su tiempo, pero no es verdad. Pensar no lleva su tiempo, lo que lleva su tiempo es escribir, pintar, crear, construir lo pensado...
      Algunos se avergüenzan de sus pensamientos, pero no tiene ningún sentido. Pensar es bueno en todos los casos, llevar a cabo lo pensado es lo que puede ser malo. Así que no te avergüences de tus pensamientos, por mucho que quieras no los puedes eliminar. Alomejor puedes ignorarlos, abandonarlos, olvidarlos. Pero haciéndolo pierdes una parte de ti así que ,si has olvidado algo, para de leer y recuérdalo.

     Debes aprender a vivir con tus pensamientos, quieras o no son partes de ti. No seas como esas personas con desorden de identidad de la integridad corporal. Por alguna extraña razón piensan que una parte de su cuerpo no es suya, y desean quitársela.
     El olvido debe ser involuntario, ya que cuando lo intentas llevar a cabo voluntariamente te estas quitando un trozo de ti.
     No hagas caso a esas personas que dicen que cuando lo perdonas estas olvidando lo que hizo, quieras no, no es verdad. Le debes perdonar, si. Pero no porque olvidaste lo que hizo, sino porque le quitas importancia a lo que hizo.

Asi que piensa, es lo único por lo que los otros no te pueden juzgar.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Música prohibida

Quitando los costes de un instrumento musical y los de su mantenimiento hacer uso de él no supone ningún gasto, pero hay gente que quiere ganar dinero sin importarle desobedecer algunos principios éticos. Para que me entendáis mejor voy a explicaros lo que son las sociedades de autores.

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Cuando una persona escribe una canción propia debe registrarla para que no puedan robársela. Puede hacerlo de dos formas: a través del gobierno o a través de una sociedad de autores. Si lo hace a través del gobierno lo hará de forma gratuita y tendrá una certificación de que esa canción es suya, y puede cobrar multas por plagio. Pero si decide hacerlo mediante una sociedad de autores siempre que su canción se interprete en algún sitio sin consultar al propietario el intérprete de dicha canción deberá pagarle al compositor.
    El problema surge cuando las sociedades de autores se aprovechan de la gente haciéndoles pagar en ocasiones que son éticamente cuestionables. Se aprovechan de los vacíos legales para hacer pagar por cualquier cosa.
    Hasta ahora eso solo había pasado en denuncias de plagio absurdas, pero en estos últimos años la gravedad del asunto ha empeorado, como por ejemplo la intervención de la SGAE en una boda para reclamar derechos de autor por la música hace ya algunos años. Pero lo que más me ha impactado que ha hecho esta sociedad de autores es reclamar derechos de autor en el "Conservatori Professional de Música i Dansa de Mallorca". Y ahí va una reflexión:

¿Están reclamando derechos de autor o están prohibiendo la música?

miércoles, 6 de mayo de 2015

Las reglas en contra de la creatividad

     El mundo está lleno de reglas, consejos e instrucciones que nos guían a cada uno de nosotros con el fin de ayudarnos en nuestro día a día. Esas normas nos pueden ayudar a tener un comportamiento adecuado, aprender a utilizar un producto, plasmar correctamente un lenguaje a la escritura, etc., pero hay un tipo de reglas que limitan la creatividad y que, por tanto, hacen que algunas personas impongan tecnicismos en cosas que son mas bellas sin ellos, como por ejemplo en el arte.

     Crear arte es ser libre de expresar tus sentimientos, emociones, vivencias, etc. con el fin de que los otros vean lo que aguarda tu interior, entiendan o no lo que quieres expresar con tu obra. Si se imponen normas muy estrictas en un arte, los sentimientos que el autor quiere expresar con su creación van desapareciendo, transformando ese arte en algo rutinario y repetitivo.

    Pongámonos en el caso de la música. Un compositor compone una melodía intentando expresar, por ejemplo, la experiencia que tuvo en un viaje alrededor del mundo. El autor tiene en mente una melodía muy cambiante para representar así los distintos lugares por los que ha pasado. Pero viene un amigo suyo que estudia partituras antiguas y le dice que la idea es muy disparatada, que se salta un montón de reglas fundamentales en la música. Así que el autor modifica su creación para que se adapte a las normas de las que le había hablado su amigo. El resultado final podrá ser genial, pero no expresará lo que el autor quería expresar en un principio.

     Por eso pienso que esas reglas son en contra de la creatividad, porque limitan brutalmente la imaginación de los artistas, y  
Una imaginación limitada no es una imaginación real.

miércoles, 22 de abril de 2015

Mucho más que sonidos

Música.  
Es lógico pensar que todas de las personas que están leyendo este escrito saben perfectamente el auténtico significado de la primera palabra que he escrito al principio de este texto, pero los pensamientos no tienen porqué corresponderse siempre a la realidad. Si te entretienes a buscar esa palabra en la RAE, te encontrarás que hay nada más y nada menos que 9 significados distintos, y a mi me parecen pocos. Con esto solo quiero decir que la música no tiene por que captarse solo por el oído, como suelen pensar la mayoría de las personas, sino que si en un espectáculo musical se le da también importancia, por ejemplo, a la visión, la gente que esté disfrutando del espectáculo tendrá mucha más facilidad para captar la música y los sentimientos, emociones y vivencias que el autor pretende transmitir con ella.

    Para mí la música no es solo una secuencia de sonidos con un ritmo y una armonía determinados, como dicen algunos diccionarios, sino que es el arte de expresar sentimientos, emociones o vivencias sin palabras y hacer que otras personas las entiendan sin haberlas vivido ni experimentado.

lunes, 13 de abril de 2015

Dulcémele, ¿porqué ese nombre?

    Muchas personas, cuando escuchan o ven escrita la palabra dulcémele en algún lugar, hacen una mueca extraña pensando o mencionando la típica expresión que hacen las personas cuando no saben lo que es una cosa.
Si, me gusta empezar al grano y con redundancia, ya os acostumbraréis.  
La cosa es que yo no soy una de esas personas, no. Tengo la extraña manía de ponerme Dulcémele como nombre de usuario, de cuenta o seudónimo en todos los sitios web e incluso concursos donde no requieren mi nombre real para la inscripción. Y supongo que os preguntaréis lo mismo que me preguntan todas las personas que me conocen. 

    ¿Qué es dulcémele? Pues dulcémele es un objeto que no tiene que ver ni con los dulces, ni con la amabilidad, ni con nada que podáis pensar.
Un dulcémele es un instrumento musical medieval de percusión que consta de un trapecio de madera donde se alojan diversas cuerdas que vibran al ser golpeadas con un martillo. Este instrumento es uno de los antecedentes del piano de cola que conocemos hoy en día, pues el interior de la "cola"
                                                          es, puramente, la estructura de un dulcémele.
    
    Y entonces ¿porqué le puse ese nombre al blog? Lo hice porque tanto el dulcémele como este blog son cosas desconocidas las cuales nunca viene mal conocer.